jueves, 9 de febrero de 2012

St. Anton am Arlberg

En el centro geográfico del Tirol Austriaco se alza el Macizo que da nombre a la región del Arlberg. Los lugareños de esta región se aluden el honor de ser la cuna del esquí alpino, esto ocurrió hace ya muchos años cuando a algún aldeano se le ocurrió atarse unas largas tablas a sus botas y deslizarse sobre la blanca superficie que cubre todo lo que la vista abarca durante gran parte del año.
Las familias austriacas que poseían las tierras de pasto del Arlberg no desaprovecharon la oportunidad de la ocurrencia de aquel aldeano junto con todo lo que ofrecía su situación geográfica, su clima y la orografía de sus propiedades. Aún hoy en día los valles y las estaciones de esquí son propiedad particular de las familias que las habitan hace más de 500 años. Este hecho todavía se respira en el aire, donde los hoteles pertenecen a familias y dispensan el trato que les es propio a sus clientes dotando al alojamiento de un encanto especial.

Austria tiene más de 20.000 Km. de pistas balizadas, distancia que supera claramente la de su red de carreteras, el Arlberg es, en este mundo de ski omnipresente, el cenit de la oferta local y con ello mundial, posiblemente solo comparado con algunas estaciones míticas en U.S.A. y Canadá. Esquiadores de todo el mundo cruzan medio planeta para venir aquí. Y no es por casualidad.

Todos los días nos levantamos a las 08:00, puntualmente, desayuno copioso en el buffet del hotel, fundado en 1570, el salmón ahumado con crema agria y las tablas de quesos suizos y franceses son especialmente apetitosas. Un largo día de esquí nos espera por delante.

Después a abrigarse, no sobra nada de ropa técnica, la noche que llegamos a las seis de la tarde a 1300 m. había -28ºC, (te lloran los ojos y las lagrimas se congelan en la mejilla). Por el día no superamos los -18 en el valle, arriba de -22 a -30… Por ello hay que ir cubierto y no dejar un solo centímetro de piel al descubierto.

El primer remonte es particularmente gélido, por suerte luce el sol y no hace viento. Luego a estirar las piernas, calentar un poco y a esquiar, la altura máxima de la estación es 2600 m. y la mínima en torno a 1200 m. Se puede bajar directo por pistas que superan los diez kilómetros de longitud. La nieve, con tanto frio, es de algodón, no suena, solo desliza. Subimos al Valluga, en un teleférico, el punto más alto, de ahí un largo descenso para conectar con el skibus hacía Zürs, (que no viene mal para calentarse). Desde ahí dos horas de esquí te llevan al punto de partida es el recorrido del DER WEISE RING (“anillo blanco”). Zürs-Züg-Oberlech-Lech- Zürs

Otro de los detalles que hacen exclusivo al dominio del Arlberg es que a sus más de 400 Km. de pistas balizadas hay que sumar un sinfín de kilómetros de fuera de pistas marcados, que no están pisados, pero si señalizados, para que no te pierdas en la nieve. Esquiar en los fuera de pistas marcados (ski routes) es excepcional, muy complicado en ocasiones cuando te encuentras en una pared de bañeras o en un estrecho camino entre arboles con placas de hielo, exigente físicamente, a veces queman los cuádriceps y desearías no haber elegido esa ruta. Pero siempre es sorprendente, y una vez que acaba es inenarrable…

Con un grupo es posible salir fuera de pista, la nieve es esquiable casi en toda su extensión, no obstante es recomendable un guía experimentado pues los descensos a veces acaban en escarpadas paredes. Ni que decir tiene que la escuela de St. Anton es una de las mejores del mundo, para todos los gustos, para todos los niveles y estilos.

Al final del día y después de un pequeño aperitivo en pistas siempre acabo para irme algo dolorido, con la pista 25, una negra de pendiente estable a más del 45% que con un solo descanso baja de 2300 a 1300 m. Una pasada… y renqueando… a quitarse las botas…

Ya en el hotel una sauna y un baño en la piscina, no sin antes salir a al calle tras la sauna de 85º a -18º, más de 100 grados de diferencia en un segundo! Se encogen los pulmones…

A cenar y a dormir, que mañana será otro día igual... o mejor.

Un saludo desde el ARLBERG

José Félix


2 comentarios:

loles dijo...

¡¡¡¡la envidia me corroe!!!!!
Buen relato y mejores imagenes.
Loles

José Félix dijo...

Ya pueden ser buenas las imagenes que casi pierdo una mano... A la camara le cuesta enfocar con el frio. Saludos a todos.
Jose Felix